Nuestro llamado al ministerio de la reconciliación.
Pastor Marcus Morris
2 Corintios 5:17- 20 “De modo que si
alguno esta en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron he aquí que
todas son hechas nuevas...”
Cada día son nuevas sus misericordias…
¡las cosas viejas pasaron! Cada día es así. Cada uno tiene un propósito.
Cuando Dios “nos dio”, significa que ya tenemos este ministerio.
¿Qué es el
ministerio de la reconciliación? quiere decir que nos ha sido encargado compartir a Cristo, por quien tenemos reconciliación con el Padre. Somos llamados para darlo a alguien en el micro, en el trabajo,
en la universidad… Tenemos a Cristo y es por medio de Él que tenemos el
ministerio de la reconciliación para el mundo.
Démonos cuenta de una vez que ya
tenemos un ministerio, pues ya somos llamados y hemos sido encarnados con la
palabra: ¡Reconciliación!
A través de tu vida de ayuno y oración,
de tu estilo de vida ejemplar, de tu invitación a otros, es que Dios traerá a
más personas que serán reconciliadas con Él.
Veamos Romanos 12:1 “no os conforméis… sino
transformaos” Necesitamos ver la influencia del mundo en nuestras vidas y
lavarnos con la revelación de la Palabra.
No hay escusas que digan cosas tales
como: “es que yo soy así porque mis papás...” o “es por mi cultura”.
Necesitamos reaccionar y vivir esta vida transformada.
¿Cómo cambiar la manera de pensar?
Proverbios 23:7 “Porque cual es su
pensamiento en su corazón, tal es él”. ¿Cuál es tu corazón cuando
asistes a las reuniones? ¿Cuál es tu corazón durante la semana? ¿Cómo eres?
La porción biblica de Mateo 7:24-27 se refiere a la parábola de la casa sobre
la roca “Cualquiera que oye mis palabras y las HACE...”.
Ser hacedores de la palabra pondrá a
salvo nuestras familias, nuestra casa, nuestros hijos. Así como explica la parábola, las malas
cosas vienen, pues así es la vida. Cosas malas suceden.
Mi madre murió cuando
yo tenía sólo 21 años. Y perdimos un bebé cuando éste tenía 14 meses de
gestación. ¡Ríos y vientos y lluvia vienen sobre nuestras vidas! Pero el hombre
prudente tiene su vida puesta sobre la roca. Seamos hacedores de la palabra.
Juan 20:21 “Asi yo les envío”
Somos enviados por Dios y Él mismo va con nosotros. Al tener a Cristo en
nuestro corazón ya somos enviados.
Efesios 1: 1-4 “a los santos y
fieles” ¿Somos fieles? ¡Ya hemos sido salvos por la sangre! Eso es una
cosa… pero ¿Eres fiel al Señor?, ¿A tu casa? ¿A tu esposa? ¿A tus amigos?… entonces
gracia y paz son para ti, y… somos bendecidos con toda bendición
espiritual!!! Y más impresionante aun… es que esto ha sucedido “antes
de la fundación del mundo”.
Sin importar la condición de tu
concepción ¡ya habías sido escogido! Aún antes de la fundación del mundo! Pues
¡Dios es eterno! Y él nos escogió desde esa eternidad.
¿Para qué hemos sido escogidos y predestinados?
Efesios 1: 4-5 “Predestinados para
ser adoptados hijos de Dios” ¡Todos somos aceptos por la obra de Cristo y
en Él tenemos redención! Y a un propósito (v 11). Entonces fuimos Predestinados conforme
al propósito.
Seguramente muchos se han preguntado: ¿Tengo
un propósito? Podemos
mencionar los siguientes:
- Conocer a Dios
Padre que se ha dado a conocer a través de Cristo.
- Hacerle conocido al mundo por el cual Cristo vino, murió y resucito.
En Juan 4:4-42 Vemos a
Jesús encontrando a la mujer samaritana. Y en Juan 4:28 ella sale a hablar con
los hombres “Venid y ved… y muchos vinieron y creyeron…” Era necesario
que esta mujer se despojara de quién ella era (una mujer sin una buena reputación y ninguna clase de preparación) y que haya sido valiente para ir y hablar con aquellos hombres y ¡traerlos
al Señor! Si ya conoces al Señor entonces estás listo para poder hablar a
otros del Señor.
En el escenario de la resurrección de Jesús, leemos en Mateo 28:5 “El angel les dijo: buscan a Jesús pero el
resucitó… venid y ved…y luego... id pronto y decir a otros ” Estos cuatro verbos: Venir y ver y tambien ir y decir son instrucciones que debemos
seguir diariamente.
Así como en Bet-el la
presencia de Dios estaba ahí y Jacob no la veía, muchas veces no vemos la presencia
de Dios, pero es real y ¡está aquí con nosotros! Entonces si hemos venido a Él
y vemos su presencia, si has venido delante de Él y sabes de su presencia…
entonces debemos obedecer en el acto de “IR y DECIR” a otros sobre lo que ya
estamos experimentando en nuestras vidas.
Seremos hacedores de la palabra de Dios
y traeremos esta palabra de reconciliación para muchos.
(Oración final) Oramos por
los que están al lado nuestro para poder ser obedientes a la Palabra de Dios.
Para poder ir a otros y decir que ya hemos sido elegidos y que tenemos
propósito.








